"El peso justo"
(De cómo una experiencia de buceo me dió una clase magistral de vida.)
Hace varias semanas, buceando en Calahonda con cierto club de buceo (de
cuyo nombre no quiero acordarme) me recomendaron sumergirme con 10 kg
de lastre, según mi peso.
Resultado: cuatro inmersiones
desastrosas, besando el fondo, hinchando y deshinchando el chaleco a
cada momento, con una postura casi vertical
que me hacía ir removiendo todo el fondo marino, por no hablar del
gasto exacerbado de aire por estrés y continuo movimiento incontrolado.
En definitiva, cuatro inmersiones intentando encontrar una flotabilidad
neutra que no podía llegar de ninguna de las maneras con ese peso de
más.
Me sentí tan incómodo que llegué a pensar que esto del
buceo no era lo mío, que en vez de ir a mejor cada vez iba más y más
torpe, e incluso... que quizás era mejor dejarlo un tiempo. Pero al
mismo tiempo me gustaba tanto que quería aprender más sobre todo esto, y
descubrir por qué de repente buceaba tan mal, así que es por eso que
decidí empezar el curso avanzado y poder así mejorar mi técnica de
flotabilidad.
Expliqué mi problema a mis instructores de
confianza antes de comenzar el curso avanzado y, sorprendentemente,
ellos no le dieron mayor importancia, porque no recordaban que me
hubiera ido mal en flotabilidad y es más, lo que recordaban de mi curso
inicial es que yo buceaba muy bien, cosa que me animó bastante. Así, me
asesoraron en todas mis dudas, y finalmente escogí una inmersión
específica sobre flotabilidad.
Pues bien, hoy, pasado ya el
ecuador de mi curso avanzado y gracias a mis magníficos instructores, me
di cuenta que mi peso justo de lastre es de 5 kg. ¡Me sobraban ni más
ni menos que 5 kilazos! Y el cambio ha sido tan espectacular que estos
días, por primera vez, casi ni he pensado en la flotabilidad, porque iba
con el peso justo, pudiendo así disfrutar realmente del buceo, sin
preocuparme más que en mirar a mi alrededor, explorando con mis
movimientos y mi cuerpo bajo el agua, incluso haciendo alguna que otra
"pirueta", sintiéndome libre de verdad.
¿Y por qué os cuento
todo esto? Porque quería compartir con vosotros la gran lección
implícita en esta experiencia tan concreta:
En la vida habrá
personas que te harán viajar con un exceso de peso tan grande que
incluso puede que durante un tiempo no consigas salir a flote. Pero si
sigues buscando tu felicidad, seguro que aparecerá la persona idónea que
estará dispuesta a ayudarte siempre y que te brindará el peso justo y
necesario con el que debes viajar.
Y es que, lo normal es que
la vida misma ya se encargue de añadirte responsabilidades y todo tipo
de preocupaciones, así que no permitamos que nada, ni nosotros mismos,
ni nadie nos añada más peso a nuestras espaldas del que podamos
soportar.
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