jueves, 26 de junio de 2014

Todas las personas cambian

Todas las personas cambian.

A veces cambian con el paso de los años, o según las estaciones, la circunstancia personal, según la semana laboral... Incluso cambian varias veces en el mismo día por motivos físicos, emocionales o de cualquier otra índole.

A mí, por ejemplo, no me gustaban nada los perros, es más, les tenía una cierta fobia que, aunque no me impedía estar cerca de ellos sin duda no eran de mi agrado. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, no sólo me fascinan sino que los admiro, me quedo ensimismado mirándolos, me encanta acariciarlos, y me producen una ternura tan grande, que siento casi lo mismo que estrechar a un bebé en brazos. Son seres inocentes que lo dan todo a cambio de nada o muy poco, cosa que antes no veía en ellos.

También han cambiado mis gustos alimenticios. Cuando pesaba 35 kg más la palabra "ensalada" no existía en mi diccionario. Ahora como frutas y verduras todos los días, las necesito de veras para sentirme bien. ¿Y el pescado? Mi pobre madre se pasaba hasta las tantas de la noche obligándome a comerlo, sentado en la silla, "castigado" hasta cenármelo enterito. Ahora, sin embargo, cuando vuelvo a casa, a la costa, lo único que me apetece son productos del mar. ¡Quién me ha visto y quién me ve! Ahora soy capaz de comerme una fuente de sardinas, adoro las anchoas (si por mí fuera las comía a todas horas), me vuelve loco el salmón, y el calamar o la dorada a la sal... me salen de lujo. Pues sí, va a ser que sí que cambiamos.

"De este agua no beberé", "Donde dije digo, digo Diego" o "Yo soy yo y mi circunstancia". No sé qué debo aplicar para justificar los cambios de parecer en mi vida. Lo único que sé es que cambiar, cambiamos todos, y no por ello somos otras personas, distintas, mejores o peores. Somos nosotros mismos, una versión avanzada, vistos desde otro punto de luz, encaramados a una colina más alta o más baja, o atados a otras personas que jamás pensamos que forzarían tanto el cambio. No obstante, y sea como fuere, aunque cambiemos mil veces nuestros gustos, pensamientos e incluso formas de actuar... en esencia seguiremos siempre siendo nosotros.

Así que, antes de escandalizarnos ante el cambio ajeno o pensar que la integridad de nuestro prójimo se tambalea ante dichos cambios... pensemos que...

...todas las personas cambian, pero no mutan su verdadero ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario