"Todos mis besos para ti.
Incluidos los que no te puedo dar.
Los de la madrugada en soledad,
los del deseo prohibido y carnal,
los más tiernos de la mañana,
los que se fueron entre lágrimas
cuando alguien como tú dibujaba,
los que pienso bajo el mar y me bebo,
los que te debo y me debes,
los que quiero repetir
hasta que contigo me lleves...
Incluidos los que no te puedo dar.
Todos mis besos para ti."
jueves, 26 de junio de 2014
Despertar
"Así
que se durmió. Quería soñar con días de terciopelo, anhelos de azul
turquesa, noches de velas y rosas. Siempre había buscado un fuego que
quemara todo su pasado y a la vez avivara su presente. Pero su sueño fue
tan profundo que al despertar resultó que su razón había herido a su
corazón casi de muerte.
Las promesas llenas de calor ya no parecían nada para ella. Sus labios carmesí se tornaron gélidos, pétreos. Sus manos habían envejecido y el color de su piel era marchito, ajada por el tiempo que había estado dormida, intocable. Su gesto, serio y cansado, se presentaba inerme, indefenso ante tanta apatía en derredor.
Pero... así, sin más, con la toalla casi fuera del ring, con el dedo al borde del precipicio y con la copa a punto de estallar contra el suelo... un hálito de fuego exhaló vida a su vida, con tal renovación, que encendió la candela más tenue, la fogata más viva y el incendio más devastador.
Sus ojos se volvieron diamantes; sus dedos, compositores; su boca, poeta. Y su razón, desmoronándose una última vez más, claudicó su ya inerte poder ante el Amor más absoluto que jamás se habrá soñado."
Las promesas llenas de calor ya no parecían nada para ella. Sus labios carmesí se tornaron gélidos, pétreos. Sus manos habían envejecido y el color de su piel era marchito, ajada por el tiempo que había estado dormida, intocable. Su gesto, serio y cansado, se presentaba inerme, indefenso ante tanta apatía en derredor.
Pero... así, sin más, con la toalla casi fuera del ring, con el dedo al borde del precipicio y con la copa a punto de estallar contra el suelo... un hálito de fuego exhaló vida a su vida, con tal renovación, que encendió la candela más tenue, la fogata más viva y el incendio más devastador.
Sus ojos se volvieron diamantes; sus dedos, compositores; su boca, poeta. Y su razón, desmoronándose una última vez más, claudicó su ya inerte poder ante el Amor más absoluto que jamás se habrá soñado."
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Si no te hubiera conocido
"Si no te hubiera conocido, ahora no moriría por ti.
No habría alabado tu vestido blanco cuando te conocí y no me habrías respondido sonrojada, balbuceando.
No nos habríamos quedado hasta tan tarde escribiéndonos y días después no habríamos quedado para conocernos mejor.
Semanas después no habríamos hecho tantos kilómetros para regalarnos los besos que nos debíamos... para alcanzar el cielo con nuestro tacto... para saborear los aromas dulzones de la pasión... para respirar de nuestras bocas armadas de deseo.
No habríamos abrazado nuestras espaldas en cien atardeceres, ni habríamos encendido hogueras imposibles de apagar.
No habríamos sonreído de nuevo a la vida o como jamás lo habíamos hecho.
No habríamos intentado cada día superar la distancia, y también la circunstancia, para seguir viéndonos.
Por todo esto y por más, si no te hubiera conocido, ahora no moriría por ti.
Ahora mi mirada sería brillante, y no obscura y gris... casi un fundido en negro...
Ahora estaría feliz, pensando en el mañana, y no agonizando de esta manera tan absurda.
Ahora estaría yéndome a dormir, habría descansado toda la noche y me habría levantado tarde.
Habría guardado el coche y jamás lo habría cogido de madrugada para ir a verte.
No me habría distraído pensando en el momento de estrecharte entre mis brazos... y habría mirado de izquierda a derecha.
Tampoco habría pasado por alto la señal de STOP.
Seguramente habría reaccionado a tiempo y habría frenado o acelerado para prevenir el impacto.
Y si aún así el destino me hubiera castigado... Ahora estaría pensando en mi familia, y no exclusivamente en ti.
Cariño. Mi Amor. Mi... mi Vida.
Si no te hubiera conocido, ahora no moriría por ti."
No habría alabado tu vestido blanco cuando te conocí y no me habrías respondido sonrojada, balbuceando.
No nos habríamos quedado hasta tan tarde escribiéndonos y días después no habríamos quedado para conocernos mejor.
Semanas después no habríamos hecho tantos kilómetros para regalarnos los besos que nos debíamos... para alcanzar el cielo con nuestro tacto... para saborear los aromas dulzones de la pasión... para respirar de nuestras bocas armadas de deseo.
No habríamos abrazado nuestras espaldas en cien atardeceres, ni habríamos encendido hogueras imposibles de apagar.
No habríamos sonreído de nuevo a la vida o como jamás lo habíamos hecho.
No habríamos intentado cada día superar la distancia, y también la circunstancia, para seguir viéndonos.
Por todo esto y por más, si no te hubiera conocido, ahora no moriría por ti.
Ahora mi mirada sería brillante, y no obscura y gris... casi un fundido en negro...
Ahora estaría feliz, pensando en el mañana, y no agonizando de esta manera tan absurda.
Ahora estaría yéndome a dormir, habría descansado toda la noche y me habría levantado tarde.
Habría guardado el coche y jamás lo habría cogido de madrugada para ir a verte.
No me habría distraído pensando en el momento de estrecharte entre mis brazos... y habría mirado de izquierda a derecha.
Tampoco habría pasado por alto la señal de STOP.
Seguramente habría reaccionado a tiempo y habría frenado o acelerado para prevenir el impacto.
Y si aún así el destino me hubiera castigado... Ahora estaría pensando en mi familia, y no exclusivamente en ti.
Cariño. Mi Amor. Mi... mi Vida.
Si no te hubiera conocido, ahora no moriría por ti."
Brindaría. Abrazaría. Sería.
"Brindaría
con champagne y fresas cada noche de mi vida con tus labios de fondo.
Abrazaría contigo el mar con la luz que me regalaste. Sería la cámara de
tu risa, la habitación de tu deseo, la caricia de tu cara, el alma en
vilo en tu pena, la dicha en tu mañana.
Brindaría. Abrazaría. Sería."
Brindaría. Abrazaría. Sería."
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Todas las personas cambian
Todas las personas cambian.
A veces cambian con el paso de los años, o según las estaciones, la circunstancia personal, según la semana laboral... Incluso cambian varias veces en el mismo día por motivos físicos, emocionales o de cualquier otra índole.
A mí, por ejemplo, no me gustaban nada los perros, es más, les tenía una cierta fobia que, aunque no me impedía estar cerca de ellos sin duda no eran de mi agrado. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, no sólo me fascinan sino que los admiro, me quedo ensimismado mirándolos, me encanta acariciarlos, y me producen una ternura tan grande, que siento casi lo mismo que estrechar a un bebé en brazos. Son seres inocentes que lo dan todo a cambio de nada o muy poco, cosa que antes no veía en ellos.
También han cambiado mis gustos alimenticios. Cuando pesaba 35 kg más la palabra "ensalada" no existía en mi diccionario. Ahora como frutas y verduras todos los días, las necesito de veras para sentirme bien. ¿Y el pescado? Mi pobre madre se pasaba hasta las tantas de la noche obligándome a comerlo, sentado en la silla, "castigado" hasta cenármelo enterito. Ahora, sin embargo, cuando vuelvo a casa, a la costa, lo único que me apetece son productos del mar. ¡Quién me ha visto y quién me ve! Ahora soy capaz de comerme una fuente de sardinas, adoro las anchoas (si por mí fuera las comía a todas horas), me vuelve loco el salmón, y el calamar o la dorada a la sal... me salen de lujo. Pues sí, va a ser que sí que cambiamos.
"De este agua no beberé", "Donde dije digo, digo Diego" o "Yo soy yo y mi circunstancia". No sé qué debo aplicar para justificar los cambios de parecer en mi vida. Lo único que sé es que cambiar, cambiamos todos, y no por ello somos otras personas, distintas, mejores o peores. Somos nosotros mismos, una versión avanzada, vistos desde otro punto de luz, encaramados a una colina más alta o más baja, o atados a otras personas que jamás pensamos que forzarían tanto el cambio. No obstante, y sea como fuere, aunque cambiemos mil veces nuestros gustos, pensamientos e incluso formas de actuar... en esencia seguiremos siempre siendo nosotros.
Así que, antes de escandalizarnos ante el cambio ajeno o pensar que la integridad de nuestro prójimo se tambalea ante dichos cambios... pensemos que...
...todas las personas cambian, pero no mutan su verdadero ser.
A veces cambian con el paso de los años, o según las estaciones, la circunstancia personal, según la semana laboral... Incluso cambian varias veces en el mismo día por motivos físicos, emocionales o de cualquier otra índole.
A mí, por ejemplo, no me gustaban nada los perros, es más, les tenía una cierta fobia que, aunque no me impedía estar cerca de ellos sin duda no eran de mi agrado. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, no sólo me fascinan sino que los admiro, me quedo ensimismado mirándolos, me encanta acariciarlos, y me producen una ternura tan grande, que siento casi lo mismo que estrechar a un bebé en brazos. Son seres inocentes que lo dan todo a cambio de nada o muy poco, cosa que antes no veía en ellos.
También han cambiado mis gustos alimenticios. Cuando pesaba 35 kg más la palabra "ensalada" no existía en mi diccionario. Ahora como frutas y verduras todos los días, las necesito de veras para sentirme bien. ¿Y el pescado? Mi pobre madre se pasaba hasta las tantas de la noche obligándome a comerlo, sentado en la silla, "castigado" hasta cenármelo enterito. Ahora, sin embargo, cuando vuelvo a casa, a la costa, lo único que me apetece son productos del mar. ¡Quién me ha visto y quién me ve! Ahora soy capaz de comerme una fuente de sardinas, adoro las anchoas (si por mí fuera las comía a todas horas), me vuelve loco el salmón, y el calamar o la dorada a la sal... me salen de lujo. Pues sí, va a ser que sí que cambiamos.
"De este agua no beberé", "Donde dije digo, digo Diego" o "Yo soy yo y mi circunstancia". No sé qué debo aplicar para justificar los cambios de parecer en mi vida. Lo único que sé es que cambiar, cambiamos todos, y no por ello somos otras personas, distintas, mejores o peores. Somos nosotros mismos, una versión avanzada, vistos desde otro punto de luz, encaramados a una colina más alta o más baja, o atados a otras personas que jamás pensamos que forzarían tanto el cambio. No obstante, y sea como fuere, aunque cambiemos mil veces nuestros gustos, pensamientos e incluso formas de actuar... en esencia seguiremos siempre siendo nosotros.
Así que, antes de escandalizarnos ante el cambio ajeno o pensar que la integridad de nuestro prójimo se tambalea ante dichos cambios... pensemos que...
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Insomnio
"Tengo insomnio por soñar despierto contigo."
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Ceniza
"Cuando una persona se convierte en ceniza... parece que todo el mundo quiera soplar para esparcir su olvido"
(Mayo de 2004)
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